Alterando la forma de propagación de la onda de luz. Normalmente, una onda luminosa vibra en todos los sentidos. Sin embargo, cuando una imagen es vista en tercera dimensión, la onda está polarizada, es decir: vibra únicamente en dos direcciones: vertical y horizontal.
En el cine, por ejemplo, la imagen es lanzada a la pantalla por dos proyectores: uno emite la onda de luz vertical y el otro la horizontal.
Cada una proyecta la escena desde un ángulo distinto, para imitar la sensación de profundidad percibida por el ojo humano. Los lentes, a su vez, también funcionan como polarizador: una de las lentes selecciona los rayos de luz verticales, eliminando los demás, y la otra los horizontales.
Así, cada ojo únicamente recibe la imagen de uno de los proyectores, y la suma de las dos visiones simula volúmenes tridimensionales.
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